Invita a la sociedad a que pida a los gobiernos que “favorezcan al máximo la implantación de energías renovables, porque están en juego los cinco próximos años”
Santiago de Compostela, 20 de octubre de 2022 (Vía Láctea Comunicación).- La Asociación Eólica de Galicia (EGA) se suma al Día Mundial del Ahorro de Energía, que se celebra cada 21 de octubre, con una llamada urgente a la concienciación de reducir el consumo en la coyuntura actual, “haciendo más que nunca un uso responsable y eficiente de la energía”, según indica la entidad. “Es algo que los gobiernos (estatal, autonómicos y locales) ya vienen demandando a la población y empresas durante todo el año, además de haber fijado algunas restricciones. Pero la sociedad debe pedirles a ellos que favorezcan al máximo la implantación de energías renovables”, añade.
La invasión de Ucrania y la dependencia energética de Europa, con el consiguiente encarecimiento de su precio, han provocado una desbocada inflación y un horizonte de gran incertidumbre. “Si el desarrollo de las fuentes renovables ya se hacía imprescindible en el marco de la transición ecológica, que implica el abandono de combustibles fósiles, hoy nos vemos obligados a acelerar su implantación”, advierte EGA.
“El colapso de las Administraciones Públicas en la tramitación de los proyectos eólicos se une al entorno geopolítico internacional, provocando la tormenta perfecta. En Galicia hay ahora mismo atascados más de un centenar de proyectos que suman 2.300 MW nuevos, equivalentes a 2.500 millones de euros de inversión y la creación de 3.000 empleos, que están en juego. Si antes de finales de enero no se resuelven los permisos administrativos necesarios, perderán los puntos de conexión, ya que estos caducan en esas fechas, según advirtió públicamente el Gobierno de España. Hipotecaríamos los próximos cinco años, el futuro de la economía electrointensiva e industrial”, explica la asociación.
El sector eólico europeo acaba de instar a los Estados miembros de la UE y al Parlamento Europeo a que instituyan el principio del interés público superior en la nueva directiva europea sobre energías renovables, señalando los cuellos de botella administrativos como el motivo principal por el que el sector no avanza a la velocidad que precisa para cumplir los objetivos fijados para 2030.