La Asociación Eólica de Galicia (EGA) presentó hoy a los medios informativos la actualización del estudio de impacto económico y social de la energía eólica en Galicia, con datos cerrados de 2022, elaborado por Deloitte Consulting. Manuel Pazo, presidente de EGA, y Enrique Doheijo, director técnico del estudio, presentaron y valoraron el análisis del sector eólico en rueda de prensa. A la vista de los datos y de las conclusiones del informe, EGA manifiesta una “enorme preocupación” por estos últimos años en que se ha frenado la implantación de nuevos parques en Galicia y reivindica un “pacto social urgente” por la energía, en línea con las “apremiantes necesidades industriales” y con las recientes directrices europeas, cuyas normas hablan de acelerar los procesos de concesión de permisos, considerar los proyectos de renovables como un interés público superior y una mayor integración en las redes energéticas, según añade.
En Galicia hay 32 proyectos industriales relevantes que deberán ser el motor de la economía gallega en la próxima década, según indica el estudio. Entre estos proyectos, se encuentran 18 que han sido declarados proyectos industriales estratégicos o iniciativas empresariales prioritarias. Estos proyectos incluyen actuaciones en los sectores de fabricación de biocarburantes, fabricación de hidrógeno y amoníaco, aprovechamiento de residuos, químico y farmacéutico, alimentación, manufacturera y logístico. Suponen una inversión total de 6.328 millones de euros, que generarán 7.018 empleos directos al año en la fase de explotación y una cantidad similar de empleos indirectos, y exigirán un suministro de electricidad de 8 TWh al año. Dadas las características de estas iniciativas, se requiere garantizar el suministro de electricidad con un nivel de calidad adecuado a precios competitivos. El precio de suministro de electricidad es un factor determinante para que estos proyectos se lleven a cabo, tal como explica la investigación sectorial.
“Estas industrias necesitan para su funcionamiento nueva energía renovable a un precio competitivo y sostenible a largo plazo, algo que contemplan los contratos PPA, algunos ya firmados. Y la única solución viable, sostenible y barata es el desarrollo de nueva energía eólica. No hay otro camino. La energía es la base del funcionamiento del mundo actual, es imprescindible; y, en este tiempo en que vivimos, los nuevos desarrollos solo serán renovables. Galicia reúne las mejores condiciones para aprovechar la calidad de sus vientos, posee el conocimiento y la experiencia, pero los proyectos se ejecutarán siempre que el desarrollo eólico vuelva a despegar, de lo contrario, será inviable. Hablamos de inversiones multimillonarias y de miles de nuevos empleos. Todo esto está en riesgo serio de perderse si no se avanza con determinación en la implantación de nuevos parques eólicos”, según advierte EGA, que igualmente defiende la instalación de potencia eólica como una de las “principales palancas” del desarrollo económico de Galicia. Estas son unas de las conclusiones extraídas del informe presentado hoy por la EGA, que se realiza además en el marco de la recién creada Mesa para o Desenvolvemento Renovable e Industrial de Galicia (MDRIG), cuya constitución se celebró recientemente.
CONCLUSIONES DEL ESTUDIO
Galicia tiene un nivel de dependencia energética elevado, que alcanza el 62% de la energía primaria que consume. Esto supone una gran vulnerabilidad de la actividad económica ante interrupciones de suministro de combustibles fósiles y/o alta volatilidad de sus precios, teniendo en consideración además la actual coyuntura internacional, con importantes problemas en el abastecimiento de petróleo, gas y otros.
El desarrollo industrial futuro de Galicia requiere garantizar el suministro de energía a un precio competitivo a partir de tecnologías medioambientalmente sostenibles.
La tendencia de la economía y la sociedad gallega es la electrificación, y al menos existen treinta y dos iniciativas industriales relevantes en Galicia que van a demandar 8 TWh adicionales de electricidad al año. Estas inversiones potenciales en Galicia alcanzan un valor de 6.328 millones de euros que generarían empleo directo para 7.018 profesionales en la fase de explotación, y una cantidad similar de trabajos indirectos dependen de asegurar el suministro eléctrico a medio plazo (14.000 empleos en total).
El desarrollo industrial de la comunidad, al igual que del resto de España, exige incrementar la capacidad de producción, procedente de fuentes renovables. En Galicia, más centrado en la eólica, ya que se trata de un recurso de altísima calidad, con una media de 2.400 MWh, la más alta de España (Extremadura y Canarias no son significativas).
En Galicia existen promotores con interés en instalar nueva capacidad eólica y un sector industrial eólico potente que permitirá la penetración a gran escala. Asimismo, posee la capacidad técnica, profesional y económica, para los requerimientos de fabricación de equipos y construcción que exige la instalación de potencia eólica a gran escala.
Actualmente, Galicia cuenta con 183 parques eólicos, con una potencia instalada de 3.907 MW, un 13% del total nacional. Hace una década, este porcentaje era del 16%, mientras que la producción pasó de suponer el 19% del Estado en 2010 al 16% en 2022. Pese a ello, la instalación de potencia eólica en Galicia se encuentra de nuevo paralizada. En los últimos cinco años se han instalado únicamente 510 MW, en 2022 solo se instalaron 28 MW. Los motivos para ello son la moratoria, los retrasos en los procesos de tramitación, la judicialización, y la aparición de un rechazo social poco racional.
La generación eólica ha sido un buen negocio para Galicia, ya que ha producido riqueza y empleo: 923 millones de euros de contribución al PIB (1,6 %) y una recaudación fiscal directa de más de 100 millones euros. Esta situación ha tenido su reflejo en el empleo que, si bien, se ha mantenido gracias al efecto arrastre de los distintos desarrollos de eólica marina, se ha reducido considerablemente en el resto sectores vinculados a la eólica, especialmente en lo que se refiere a fabricación de equipos y otros servicios como transporte, cimentación, obra civil, ya que al no construir estas áreas reducen sus contrataciones. Con 5.494 empleos en la actualidad, si se mantuviese un ritmo de instalación de potencia medio en los próximos años de 400-500 MW/anuales, en diez años, podrían generarse entre 1.840 y 2.950 nuevos empleos estables.
Otra de las conclusiones que arroja el estudio y que ha preocupado especialmente a los miembros de EGA y de la Mesa (MDRIG) es el dato de demanda eléctrica en 2022, que fue de 13.760 GWh, con una reducción del 22% con respecto a la demanda de 2021, y del 32% con respecto a 2018. Una cifra que es resultado, en gran parte, del alto precio de la electricidad, que paralizó mucha de la actividad industrial, especialmente en el primer semestre, que se sumó al parón temporal de electrointensivas como Alcoa. Adicionalmente, el consumo de electricidad fue afectado por la falta de suministro de algunos materiales y componentes en los mercados internacionales.
En la actualidad se encuentran autorizados pendientes de construcción y puesta en marcha casi 3.300 MW: 2.687,6 de la Xunta y unos 600 del Estado. Sin embargo, las paralizaciones judiciales y la presión de muchas plataformas supuestamente ambientalistas están poniendo en peligro muchos de estos proyectos y gran parte del desarrollo energético e industrial de Galicia.
El sector eólico contribuye de forma decisiva a mitigar la dependencia energética: en 2022, la generación eólica evitó importar 1,8 millones de tep por un valor de 1.011 millones de euros.
El sector eólico participa en la lucha contra el Cambio Climático: en 2022, la generación eólica evitó la emisión de más de cinco millones de toneladas de dióxido de carbono, cuyo valor de mercado era 365 millones de euros. La instalación de potencia eólica debe ser una de las principales palancas para el desarrollo económico de Galicia, ya que es una de las garantías de suministro sostenible de energía a un precio no afectado por la volatilidad de los precios de mercados internaciones de combustible y es el motor para el mantenimiento y desarrollo da la industria eólica en la comunidad autónoma.