España, en general, y Galicia en particular, deben recuperar el tiempo perdido con las energías renovables para cumplir con su parte en la lucha contra la crisis climática. El compromiso es producir una gran cantidad de electricidad verde a base de viento y sol en 2030, pasando de los más de 30 gigawatios (GW) actuales a 89. La paralización de los proyectos no puede presentarse nunca como un logro, sino como un fracaso en la conquista de objetivos ambientales de desarrollo y de independencia fijados por la Unión Europea.
“Tenemos que aumentar el porcentaje de energía limpia. Eso es incuestionable y tenemos que hacerlo rápido, pero, de repente, es como correr un maratón a velocidad de sprint y hablando al mismo tiempo”, explica David Howell, encargado de Clima y Energía en Seo Birdlife, la oenegé de conservación de la naturaleza más antigua de España. Por tanto, el reconocimiento de la implantación de energías renovables, incluso desde sectores ambientalistas es un hecho incuestionado e incuestionable. Siempre con responsabilidad. Estamos en el umbral de cambio. España, y lógicamente Galicia, están en el camino de transformar todo un sistema basado en combustibles fósiles en otro de renovables, y debe entenderse que, salvo casos puntuales, se está haciendo de una manera racional, de acuerdo con unas normas y conforme a derecho.
Sufrimos una moratoria para el registro de nuevos proyectos de año y medio en Galicia, que todavía finaliza el próximo verano. Desconocemos la planificación de las Administraciones Públicas: ¿Cuánta potencia podremos instalar? ¿Cuántos parques se podrán construir? ¿Qué crecimiento renovable se pretende? Son las preguntas básicas que se hace el sector para seguir invirtiendo en Galicia. La innovación tecnológica adquirió en Galicia un extraordinario desarrollo gracias a que fuimos pioneros en aprovechamiento eólico. No perdamos ese saber hacer cualificado ni industrias que mantienen empleo de calidad. Ahora que Putin cierra el grifo, aprovechemos la ocasión para avanzar en nuestra independencia energética. Estamos obligados queramos o no. En caso contrario, lo vamos a pasar mal.
José Manuel Pazo
Presidente de la Asociación Eólica de Galicia