La humanidad no concibió el tiempo que nos ha tocado vivir, asolados por una pandemia como la de hace cien años; a pesar de que algunas voces lo venían advirtiendo desde hace tiempo. Ha sido una cura de humildad y una más que seria advertencia en términos ambientales. La transición energética, el proceso de electrificación de la economía procedente de fuentes limpias, tendrá que acelerarse por causas de fuerza mayor. Por eso desde el sector eólico gallego, con motivo de la celebración del Día Mundial del Viento cada quince de junio, queremos llamar la atención de las Administraciones Públicas, pero también de la sociedad civil, para que alineemos esfuerzos, objetivos y compromisos. Las empresas promotoras, manteniendo e incluso aumentando sus inversiones, los poderes públicos facilitando la tramitación administrativa y favoreciendo la seguridad jurídica, y la sociedad en general reivindicando cada vez más la implantación de energías renovables.
Porque, en esta incierta coyuntura derivada de la COVID-19, la economía verde es claramente parte de la solución a la hora de combatir la crisis de forma sostenible. Desde el año 1998 los parques eólicos gallegos generaron casi 130.000 GWh de energía limpia, evitando la emisión de más de cien millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Son las consecuencias objetivas y rotundas de la apuesta que Galicia hizo a fines del siglo pasado. Hoy, que ya sufrimos las secuelas del cambio climático y el calentamiento global de forma más evidente, estamos obligados a redoblar la partida, sabiendo además que generaremos empleo de calidad, promocionaremos el desarrollo del medio rural y fomentaremos el asentamiento de la población.
Desde el respeto al medio ambiente y la especial protección de los territorios en donde se instalan los parques eólicos, cada vez más eficientes a medida que las repotenciaciones se vayan extendiendo, proponemos aumentar nuestra contribución al PIB de Galicia. Hablamos de una inversión en los próximos cinco años de 2.500 millones de euros, lo que supondría la generación de seis mil empleos nuevos. No olvidemos que la innovación e industria auxiliar gallegas ya son de las avanzadas del mundo; una joya desconocida para el gran público y de la que nos podemos sentir orgullosos. Y este año, al cierre del ejercicio, tendremos tanta potencia eólica instalada como para suministrar electricidad durante un año a 2,5 millones de hogares. Estas son nuestras credenciales.