La Fundación Renovables propone un pacto de Estado para que la Transición Energética responda a una hoja de ruta consensuada a largo plazo, pero sin pérdida del nivel de exigencia. Cada vez somos más los actores que reivindicamos una apuesta rotunda y controlada a favor del desarrollo de las fuentes limpias, que deben cubrir el cien por cien de la demanda energética en la UE en el año 2050. En Galicia vivimos un año crucial con una veintena de parques eólicos en construcción, que aportarán unos 600 megawatios nuevos, una potencia equivalente para suministrar energía eléctrica a medio millón de hogares durante un año.
Pero esto solo es el principio, ya que desde el sector nos hemos marcado unos objetivos de 500 MW nuevos cada año para el próximo decenio, con una inversión aproximada de cinco mil millones de euros. Estamos viendo cómo crecen las cotizaciones que las empresas energéticas tienen que pagar por los derechos de emisión de CO2, superando los 25 euros por tonelada. Es algo que ya sabíamos que ocurriría, pero que tras la liberalización se está produciendo una especulación que tira aún más de los precios para arriba.
La descarbonización de la economía nos obligará a obtener el máximo rendimiento de nuestros propios recursos naturales, si no queremos tener una excesiva dependencia del exterior, con todo lo que eso supone cuando hablamos de energía: un bien escaso y de primera necesidad. Nuestro viento es más eficiente que la media española, nuestra industria auxiliar es excelente y cada vez está más internacionalizada, y ya fuimos líderes hace veinte años cuando llegó la primera revolución eólica. Así que ahora, más obligados que nunca por la emergencia climática, tenemos una nueva oportunidad. Y la sociedad debe ser consciente de ello.
José Manuel Pazo Paniagua
Presidente de la Asociación Eólica de Galicia (EGA)
21.06.19